lunes, 30 de octubre de 2023

Ministro viene de "minus"

Domingo 5 de noviembre

Ministro viene de “minus” (Mt 23, 1-12).

La raíz etimológica de ministerio, que ya en latín significa “servicio”, tiene una connotación todavía más radical. Ministerio viene de “minus”, menor. Y, sin embargo, a veces parece que quien ejerce un ministerio se llena de dignidad y poder, y se considera por encima del resto de las personas. Y esto, tanto en el ámbito de lo civil, como en el de lo eclesiástico. Fijaos en cómo el papa Francisco denuncia, en una intervención de preparación para el Sínodo, las actitudes despóticas que podemos tener los clérigos, los ministros de la Iglesia: 

“Los miembros de la Jerarquía venimos de ese pueblo y hemos recibido la fe de ese pueblo. Cuando los ministros se exceden en su servicio y maltratan al pueblo de Dios, desfiguran el rostro de la Iglesia con actitudes machistas y dictatoriales.  Es doloroso encontrar en algunos despachos parroquiales la “lista de precios” de los servicios sacramentales al modo de supermercado. El clericalismo es un látigo, es un azote, es una forma de mundanidad. Y el pueblo de Dios, el santo pueblo fiel de Dios sigue adelante con paciencia y humildad soportando los desprecios, maltratos, marginaciones de parte del clericalismo institucionalizado.”

El Señor nos libre de caer en esta tentación. Siempre hemos de pedir perdón por ceder ante ella. Ojalá los sacerdotes ejerciéramos nuestro ministerio como quien sirve a los hijos del mismo Dios Padre.


lunes, 23 de octubre de 2023

amor o nada

Domingo 29 de octubre

Amor o nada (Mt 22, 34-430).


¿Qué te ofrece quién te dice: “Te quiero”? ¿Qué acoges cuando ese sentimiento es mutuo y su declaración de amor te llega al alma?

En principio nada. Ninguna cosa nos da el amor, ni bienes materiales, ni prestigio, ni siquiera placer. Si buscamos el amor por cualquiera de esas cosas, no sería amor. Y, sin embargo, cuando nos sentimos amados se nos ofrece “un mundo”, la experiencia de vivir en plenitud, de ser más que nosotros mismos, un rincón vital en el que estar con quien amamos, habiendo perdido todo lo demás su importancia. Así lo viven los enamorados, así lo vive la madre que amamanta a su hijo, así lo vive quien reza, así lo vive quien mira a los ojos al que sufre. El mandamiento “amarás al Señor con todo el corazón y al prójimo como a ti mismo” contiene la Ley entera y los profetas. Todo está dicho en él: lejos de la impiedad y la mentira, lejos de la marginación y la injusticia, toda bondad verdadera mana de esa fuente.

Pero para que no nos engañáramos y viviéramos una versión románticamente edulcorada del amor, el Señor nos dio el mandamiento nuevo: “Amaos unos a otros como yo os he amado”. En el amor de Cristo podremos vivir, incluso nuestras luchas con la alegría del Espíritu Santo. El Espíritu nos permite vivir en el amor toda dificultad, toda circunstancia, y decir: “Yo te amo, Señor, tú eres mi fortaleza.


lunes, 16 de octubre de 2023

Comunidades alternativas

Domingo 22 de octubre

Comunidades alternativas (Mt 22, 15-21).


No todas las parroquias tienen vida de comunidad cristiana. Una parroquia puede convertirse en un lugar de administración de sacramentos, donde se va a encargar misas y sacramentos; donde nadie se siente en su casa; donde todos, si pagan, se sienten con derechos. Cuando una parroquia se dinamiza en comunidad cristiana las personas crecen en gratuidad y en servicio alegre. Los que más colaboran, de su dinero sufragan muchas de las cosas que se necesitan; ofrecen su generosidad, su tiempo y su creatividad al Señor, y a la tarea de anunciar el Evangelio.

Cuando una parroquia vive en el Espíritu, ya no hay pobres ni ricos, cultos o incultos, puros o pecadores, todos son hermanos que comparten su vida y su buen humor con sencillez. Pocas cosas hay más hermosas. 

Al Señor, quienes querían ponerlo en un aprieto, le preguntan por el pago del impuesto al César. Él responde con una frase que pasará a nuestra cultura popular: “Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios”. Que los niños tengan un techo, una comida y un colegio digno, es la voluntad de Dios. Que los jóvenes tengan la autonomía que aporta un trabajo digno es voluntad de Dios. Que los ancianos vivan seguros y sintiéndose queridos es voluntad de Dios. Dentro y fuera de la parroquia hemos de ir acogiendo la voluntad de Dios... “así en la tierra como en el cielo”. Ojalá cada parroquia fuera una comunidad alternativa que tiene su ley íntima en el amor. 


lunes, 9 de octubre de 2023

Obras son amores

Domingo 15 de octubre

Obra son amores (Mt 22, 1-14).


La esperanza en nuestra vida no se decide por un cálculo de posibilidades en el que nuestros deseos se ven reforzados. Si contemplamos las situaciones a las que nos enfrentamos: guerras desatadas, calentamiento climático y desertización, enajenación mediática de la conciencia personal..., en vez de llenarnos de esperanza nos dan ganas de salir corriendo. Pero la esperanza, corazón latiente de nuestra humanidad, tiene sus raíces en otro sitio, no es cálculo de posibilidades, sino respuesta al amor profundo e incondicional del Padre. 

Quien se sabe amado vive, si no en el cielo, en su antesala. Quien se sabe amado vive sin consentirse desesperar, porque la persona amada le ha regalado un mundo en el que su vida tiene sentido.

En los evangelios, Jesús compara el Reino de Dios con una comida de fiesta con amigos a la que su Padre nos invita, a nosotros y a los más pobres y alejados. Sabiéndonos amados y acogidos, queremos colaborar con ese proyecto del Padre desde la humildad de nuestra vida, poniendo nuestras capacidades al servicio de un mundo donde haya más justicia y más amor. Porque nos sabemos amados, queremos construir un mundo más luminoso y amable, con gestos concretos que sean semilla de un mundo nuevo. Qué hermoso es que nuestra vida sea semilla de la Ciudad Nueva en la que habite Dios con nosotros.


lunes, 2 de octubre de 2023

Parábolas como espadas

Domingo 8 de octubre

Parábolas como espadas (Mt 21, 33-43).


Jesús gustaba de hablar en parábolas. Así les hablaba a los campesinos de Galilea, y los invitaba a pensar y a trascender lo inmediato, y a poner su corazón en el tesoro de la fraternidad y de la confianza en el Padre. Pero también usa parábolas para hablar a los dirigentes de Jerusalén. Estas parábolas también son una invitación a que pensaran en su propia vida y a que se convirtieran; les plantean a los poderosos la renuncia a su egoísmo y su hipocresía, a su violencia y al desprecio con el que trataban a los sencillos; les exigen que den frutos de fe verdadera y de justicia. Pero no los dieron. Como decía el profeta Miqueas: “Esperó de ellos derecho, y ahí tenéis: asesinatos; esperó justicia, y ahí tenéis: lamentos”. Tanto fue así que lo mataron en la cruz. Eran parábolas como espadas.

También nosotros somos interpelados por estas parábolas “fuertes” de Jesús. También nosotros somos el pueblo que está llamado a dar frutos de fe y de justicia, y no siempre los damos. En vez de fe, vivimos devociones que se ligan a nuestros deseos y sentimientos, más que a la voluntad de Dios. En vez de justicia, vivimos gestos de asistencialismo que tranquilizan nuestra conciencia, pero que no construyen un mundo más humano y fraterno.

Una Iglesia centrada en devociones y sentimientos, que no se preocupa de los pobres, ni tiene fuerza misionera, que no predica la cruz de Cristo, sino que solo se queda con sus milagros... ¿es la Iglesia que Dios quiere?