miércoles, 10 de julio de 2024

Nueva Creación

Domingo 14 de julio

Nueva creación (Marcos 6,7-13)


La fe cristiana es una fe apostólica; una fe que no se reduce en pedirle al Dios de la Misericordia dones y favores, clemencia y perdón, sino que se ofrece humildemente a Él para que se cumpla su voluntad así en la tierra como en el cielo. Una fe meramente devocional no es cristiana porque tiene el sesgo egoísta del “Señor, te pido (solamente) por mí y por los míos”.

El Señor llama a los discípulos y les da la responsabilidad de continuar con su misión; los nombra apóstoles. Todos los cristianos vivimos, de una manera y otra, esa llamada al apostolado, a ir haciendo, desde esta creación, en la que la injusticia y el pecado están tan omnipresentes, una nueva creación desde la gracia y el amor, desde la justicia y la verdad. ¡Ay de aquel apóstol que olvide su misión por corromperse con lo mundano! Así le ocurrió a Amasías, y el profeta Amós se lo recriminó duramente.

La comunidad cristiana está llamada a ser pueblo nuevo, recreado por la gracia, signo de una bondad que nos trasciende, instrumento de una justicia y un perdón que transforma el mundo. Cada familia, cada consagrado, cada joven y cada niño cristianos estamos llamados a ir acogiendo el tesoro de su gracia, el amor de Cristo que nos recrea y nos invita a recrear todo desde su amor.

Felices días de verano; que estos días de descanso lo sean también de descanso sereno en el Señor.


lunes, 1 de julio de 2024

Debilidad y pecado

Domingo 7 de julio

Debilidad y pecado (Marcos 6,1-6)


Nuestra condición humana es de debilidad. Débiles y necesitados de los demás nacemos; en debilidad morimos, anhelando una mano amiga a la que asirnos; en medio de estos extremos errores, ofuscaciones, enfermedades... En esa debilidad vamos aprendiendo a vivir en el amor, que es nuestra única y gran fortaleza.

Cada vez que egocéntricamente nos cerramos a la carne débil del otro, o nos centramos orgullosamente en nosotros mismos, nos alejamos de vivir en el amor y caemos en el pecado. El pecado es negación de Dios porque es negación de nosotros mismos y negación del amor. No te asustes de tus debilidades, porque luchando por superarlas haces digno tu amor; no reniegues de las debilidades de los demás, porque acogiéndolas vas haciendo fuerte tu amor. 

Nuestros pecados son fruto muchas veces de la debilidad en la que vivimos. Por eso no te angusties por ellos; levántate, pide perdón y sigue caminando sinceramente buscando el bien. En ese camino te encontrarás siempre con Jesucristo que quiso nacer hijo de una aldeana y de un trabajador sencillo, que quiso vivir pobremente, que murió en un patíbulo, para que ante Él nadie tuviera que fingir ni impostar dignidades, ni fortalezas. 

El Hijo de Dios haciéndose débil y viviendo en el amor nos muestra el verdadero camino de la dignidad humana.