martes, 28 de diciembre de 2021

Paz en la Tierra


Evangelio del Domingo

Paz en la tierra

 (Jn 1, 1-18)

¡Cuánta guerra, cuando todos deseamos vivir en paz! En todos los rincones de la Tierra hay conflictos armados que siegan vidas inocentes. Unas veces son víctimas, directamente, de las armas de fuego, otras del hambre o de las migraciones forzadas y en condiciones inhumanas. Si la paz es fruto de la justicia, como dice Isaías, vivimos en un mundo profundamente injusto.

Igual es que no todos deseamos vivir en paz, y algunos ponen su beneficio económico y sus ansias de poder por encima del bien y de la vida del pueblo. Pero unos pocos no pueden si los muchos no ceden, y la responsabilidad de que el clima de división y enfrentamiento se vaya adueñando de un país es de todos sus ciudadanos. Cuando dividimos a las personas entre corderos y lobos, se llamen como se llamen unos y otros, ya está justificado iniciar la caza del lobo y usar la violencia contra el que se ha caracterizado como la encarnación del mal.

Si queremos la paz hemos de dejar que brote en nuestro corazón y defenderla de tanta tentación de violencia y de enfrentamiento que nos asalta. Que este año nuevo sea de paz para todos.


lunes, 20 de diciembre de 2021

Delicadeza y ternura de Dios

 Evangelio del Domingo

Delicadeza y ternura

 (Lc 2, 1-14)


Con la delicadeza que una madre lava a su hijo recién nacido; con la ternura que su padre lo coge en brazos; con el amor que ambos se miran como si el mundo se hubiese parado y nada pudiera salir mal…; así viene Dios a nuestra vida, con delicadeza y ternura.

No quiso Dios imponer nunca su voluntad. Sus palabras, silenciosas; su presencia elocuente siempre es respetuosa con nuestros sentimientos y nuestra voluntad. A veces lo quisiéramos castigador –con los otros-; a veces lo imaginábamos acusando y corrigiendo a todos. Pero, cuando quiso venir a mostrarnos su rostro, eligió el de un niño recién nacido cuidado por su padre y su madre, en la pobreza más radical. 

La presencia de los cristianos debe ser así: como la de María y José cuidando a su hijo. Con delicadeza y ternura para con su hijo; con sacrificio y abnegación para con ellos mismos; con valentía y prudencia para con el mundo, tantas veces hostil y cruel.

El niño, que se duerme bajo la mirada de su madre María, nos habla de la bondad de Dios, que florece como el almendro, antes incluso de cubrirse de sus verdes hojas. Solo los contemplativos lo descubren; por eso solo los contemplativos pueden iniciar los cambios verdaderos que necesita nuestro mundo.


martes, 14 de diciembre de 2021

Personal de servicio

 Evangelio del Domingo

Personal de servicio

 (Lc 1, 39-45)

En muchos de nuestros barrios estáis trabajadoras de servicio a domicilio. Vuestra tarea es limpiar lo que otros ensucian, cuidar a niños que no son los vuestros y a ancianos que no son vuestros padres ni abuelos, comprar y cocinar cosas que no seréis vosotras quienes las comeréis. Algunas venís de muy lejos para esta tarea, a veces ingrata, en la que muchas ponéis cariño y amor.

La Virgen María, la Madre de Dios, también fue “personal de servicio”, también asumió la tarea de “ayuda a domicilio”. Ya el ángel Gabriel le había anunciado que iba a ser la madre del Salvador, y nada más saber que su pariente Isabel, que ya era mayor, estaba embarazada de seis meses, se puso en camino, en un viaje de varias jornadas, para ir a atenderla en todo lo que necesitara.

El Evangelio es así de sorprendente. Dios rompe siempre nuestros esquemas mentales y nuestros prejuicios sociales. Va mucho más allá que nosotros porque tiene siempre en cuenta a los últimos, a los que menos suerte o posibilidades han tenido en la vida, a los que, por lo que sea, les toca vivir la mirada condescendiente de los demás.

Aunque a veces no os paguen lo que merece vuestro trabajo; aunque a veces “racaneen” con vuestros días de descanso; aunque a veces no os traten bien; tenéis que saber que en el evangelio conocemos a la Virgen María sirviendo en una casa, no siendo servida.


jueves, 9 de diciembre de 2021

Encarnación



Evangelio del Domingo
Encarnación
 (Lc 1, 26-38)



En unos días estaremos celebrando la Navidad, el nacimiento del Hijo de Dios en nuestra historia. Se nos llenarán los ojos de la ternura y la belleza de la bondad de María, José y su Hijo; y estará muy bien. Pero, a veces, se nos olvida la razón por la que Dios mismo quiso hacerse carne de hombre, y venir a donde nosotros estamos.

Sí, sí; eso es; para salvarnos del pecado. Un pecado que tiene como consecuencias las guerras y las más terribles rencillas entre hermanos; un pecado que es causa de todo tipo de violencia contra mujeres y niños. de la deshumanización y la falta de sentido de la vida de muchos; un pecado que a todos nos hace sufrir y que en todos está presente. El pecado consiste en no respetar los límites de nuestra realidad, en creernos dioses capaces de decidir sobre el bien y sobre el mal; que estamos por encima de los demás y hasta de la voluntad de Dios.

La cadena del pecado la rompió el Hijo cuando venció el odio con la fuerza de su misericordia. Pero Dios es tan humilde y respetuoso que necesitó que una mujer sencilla acogiera en su seno al Verbo de Dios. Sin su acogida no podía Encarnarse y dar comienzo a la salvación definitiva de la humanidad.  Cada uno de nosotros como María, en este adviento, hemos también de decir: “Señor aquí me tiene, que se cumpla tu voluntad en mí”, para que el mal retroceda y la gracia del amor y de la justicia sea, como Dios quiere, lo que impulse nuestra vida. 


martes, 30 de noviembre de 2021

San Juan de Honestidad

 


Evangelio del Domingo
San Juan de Honestidad
 (Lc 3, 1-6)

“Que los montes se abajen, que los valles se levanten, que lo torcido se enderece. Preparemos los caminos al Señor.” Adviento es tiempo de reformas. De abrir ventanas y que el sol de la mañana y de la tarde ponga luz en tanto orgullo y tanta desidia como hay en nuestra vida. Para todos, adviento ha de ser tiempo de conversión. Mal hacemos cuando escuchando una lectura de la Biblia pensamos lo que los otros han de cambiar. Que no nos pase como aquel que quería quitar una pelusa del ojo de su hermano cuando los suyos estaban medio cerrados.

Es tiempo de revisarnos y preguntar. Sí; de preguntar a la persona que te quiere qué tendrías que cambiar para hacerla más feliz.

A veces nos parecemos a los malos políticos. Prometemos mucho y, a la hora de la verdad, cambiamos poco. Decimos hacerlo todo por las personas que queremos, pero ni les preguntamos ni estamos atentos a sus verdaderas necesidades. Estamos más atentos a quedar bien delante de todos que a vivir siendo honestos y sinceros para con nosotros mismos y para con Dios.

Imagínense por un momento que todos en nuestro pueblo, incluidos los políticos, nos ponemos a trabajar con honestidad y sensatez por el bien común. San Juan se llamaría Aznalfarache de Honestidad, Juan de gracia y verdad.


lunes, 22 de noviembre de 2021

Qué tiemblen las potencias

Evangelio del Domingo
Qué tiemblen las potencias
 (Lc 21, 25-36)

Qué tiemblen las potencias del mundo que buscan solo afianzarse en su poder, sin atender a las necesidades verdaderas de los más pobres. El Señor que viene pronto las confrontará con su fuerza.

Qué tiemblen los que se enriquecen con el tráfico de armas, y de drogas, y hasta de personas, los que ponen en una balanza su beneficio económico y la vida de las personas. El Señor, que viene pronto, los avergonzará con su mirada.

Qué tiemblen los que colaboran para que el comercio y el mercado financiero internacionales sean una burbuja negando vivienda y trabajo a los sencillos. El Señor, que viene pronto, los destronará con su justicia.

Temblemos también nosotros; que con nuestra actitud de egoísmo no buscamos siempre el bien de los más pobres; y con nuestra ceguera e irresponsabilidad entramos en enfrentamientos estériles y en la cultura consumista y de lo políticamente correcto, que corta nuestras raíces y acorta nuestro horizonte personal. El Señor ya llega.

Adviento significa alzar la cabeza para que ver la misericordia y la justicia que vienen; aunque al principio, como quién pasa de las tinieblas a la luz, sintamos dolor por nuestros propios pecados.

 

lunes, 15 de noviembre de 2021

Estar en el mundo

Evangelio del Domingo
Estar en el mundo; no ser mundano
 (Juan 13, 33-37)

Por la encarnación del Hijo de Dios en nuestro mundo, los cristianos estamos llamados a vivir en los distintos ámbitos donde nos movemos con las actitudes de Jesús. Él vino al mundo para sembrar su justicia, su gracia y su perdón, para que reconociéramos la huella de Dios en su creación, y viviéramos de tal manera que nuestro corazón descubriera en lo pasajero el amor eterno del Padre.

Descubrir en lo que pasa el amor eterno del Padre: descubrir el amor del Padre en la infancia de nuestros niños que va pasando dulce e irremisiblemente; descubrir el amor eterno en los amores pasajeros de los adolescentes; descubrir el amor del Padre en al amor de familia, con sus limitaciones y grandezas; descubrir el anhelo de justicia eterna en las luchas concretas, y a veces ambiguas, con las que buscamos un mundo mejor.

Hacer de nuestro mundo un escenario de luchas de poder, de conflictos por ser el primero; un escenario donde quien más puede más disfruta a costa de los débiles; un escenario donde aparentar lo que nos creemos que somos o lo que sabemos que no somos… Todo esto es hacer de nuestro mundo un mundo inmundo. Lejos de la Iglesia y de los cristianos vivir así, mundanamente.

El Gran Poder de Jesucristo en este mundo es su amor en la cruz; acoge tú también ese gran poder en tu debilidad.

 

lunes, 8 de noviembre de 2021

El que no reconoce a los pobres...

 



El que no reconoce a los pobres…

 (Marcos 13, 24-32)

 

El que no reconoce a los pobres acaba por traicionar a Jesucristo.

Hay que hacer muchas consideraciones históricas para poder explicar que la Iglesia haya estado en muchos momentos lejos de los intereses de los pobres. Solo una interpretación profundamente ideologizada de la fe o de la realidad social pudo provocar esa situación.

El ámbito natural de los discípulos de Jesús de Nazaret ha de ser el de nuestro maestro. Las enseñanzas y las exigencias de su seguimiento constantemente nos hablan de la misericordia que tenemos que vivir con los más pobres y cómo debemos abrazar nosotros mismos una pobreza que nos haga libres.

A los que no tenéis afecto y os sentís solos, a los que vivís pendientes de un desahucio o el subempleo os tiene siempre en vilo, a los que sufrís una discapacidad o sois marginados por cualquier causa, a los que la enfermedad os lleva a vivir situaciones difíciles, a los que la cultura dominante os llevó por caminos que os han despersonalizado, a los que estáis lejos de los vuestros, a los que no habéis podido desarrollar todo el potencial humano y creativo que Dios os ha dado…, a todos la comunidad cristiana quiere abrazaros, y que ese abrazo haga retroceder el mal de este mundo para que juntos sembremos las semillas del Reino.

martes, 2 de noviembre de 2021

¿A qué estás dispuesto?

 

Evangelio del Domingo

¿A cuánto estás dispuesto? (Marcos 12, 38-44)


Vivir la relación de amistad con Jesucristo es siempre una aventura, que se sabe cómo empieza, pero no cómo acaba. Quien cree en él sabe que sus palabras son palabras de vida y quiere poner los propios criterios y sentimientos por detrás de lo que el Señor nos dice.

Querer ser discípulo de Cristo y vivir en la ambigüedad de seguir siendo el dueño de la propia vida es iniciar un camino de hipocresía que nos llenará de tristeza. Decir que creo en quien es Perdón, y guardar rencor; decir que creo en quién es Misericordia, y vivir con egoísmo decir que creo en quien es Justicia, y volver la espalda a quien ve pisoteados sus derechos es situarse en la mentira y el vacío.

Cristo a nadie obligó nunca a ser discípulo suyo ni a seguirlo; pero, si hacemos esa elección tenemos que estar dispuesto a acoger todo lo que no pida. Podremos ser débiles y ceder a la tentación; podremos tropezar y caer; pero cuando nos levantemos tenemos que seguir a su lado.

Solo así viviremos la alegría de ver los signos que sigue haciendo entre los más pobres; de escuchar las palabras de ánimo y de sentido con as que sigue alentando a los que sufren; de experimentar que sigue vivo, y que sigue dando vida. Contemplar la acción de su Espíritu en los pobres y sencillos, en los nuestros, será nuestra mayor alegría.




lunes, 25 de octubre de 2021

Mandar amar

 

¿El amor puede ser un mandamiento?

 (Marcos 12, 28-34) 

Uno puede hacer el bien a una persona por amor, o puede hacer ese mismo bien porque se lo mande alguien que tiene poder. Pero parece que amor y mandamiento son instancias tan distintas que es imposible que se pueda mandar amar. Y, sin embargo, el mandamiento principal de la Primera Alianza es: “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.”

Entonces, ¿puede alguien mandar amar?

Sí. Un padre o una madre puede decirle a un hijo suyo: “Tienes que querer a tu hermano, porque a los hermanos se les quiere y se les ayuda siempre”.

Quien nos ha dado el ser, quien nos ha atendido con cariño y esmero, quien con sus cuidados y sus palabras nos ha hecho conscientes de que somos seres dignos de ser cuidados y escuchados, quien ha entregado toda su vida por nosotros, sí puede decirnos: tienes que amar a tu hermano. También un hermano puede decirle a otro hermano: “Tu madre necesita ahora de nosotros; necesita que le mostremos el amor que le tenemos”.

El amor en nuestra vida es algo más profundo e importante que un sentimiento pasajero. Es lo que nos hace ser personas. El sentido de toda nuestra vida es ir entregando el amor que recibimos. El mandamiento del amor es mandamiento de vida, de vida eterna.

lunes, 18 de octubre de 2021

¿Qué quieres que haga por tí?

Evangelio del Domingo

¿Qué quieres que haga por ti?

 (Marcos 10, 46-52)

Al salir de Jericó un ciego, que estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna, le grita: ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!


Años llevaba sin ver la esperanza en su vida: “voy como un ciego que ve”, que dice la copla. La rutina de todos los días le llevaba a seguir mendigando un poco de aprobación y de cariño; a veces la pedía a gritos de malhumor, de explosiones de rabia; otras veces, en vez de pedir, callaba carcomido por la envidia, mirando a los que con apariencia de felicidad caminaban delante de él. Vivía mirando la vida pasar, sin tener sensación de vivirla: otros gozaban, otros triunfaban, a otros los amaban.

 

Pero un día pasaba por la puerta de una iglesia, y la vio abierta, y sintió que lo llamaban, y entró. Estaba sola; solos  él y el Señor; nadie delante de quien disimular una fortaleza impostada, nadie delante de quien negar el dolor sordo y bronco que siempre sentía. Fue un instante breve, pero fue suficiente. La coraza que lo revestía se cayó; se supo desnudo, pero no sintió vergüenza, y unas ardientes lágrimas asomaron a sus ojos.

 

Supo que tenía que cambiar muchas cosas en su vida; supo que había hecho daño a muchos. Supo que Alguien lo amaba, incondicional, infinitamente. “¿Qué quieres que haga por ti?” –le dijo, por fin, él al Señor.

martes, 12 de octubre de 2021

Qué es sinodalidad

Evangelio del Domingo

Qué es sinodalidad (Marcos 10, 35-45)

  

 

Vamos a escuchar mucho esta palabra a partir de ahora en ambientes de iglesia. El papa Francisco ha convocado un sínodo y quiere que todos los cristianos participemos en él, así que en muchas parroquias y en diversos grupos de la iglesia tendremos que repensar cómo ser una iglesia más sinodal.

 

“Sínodo” significa literalmente caminar en común; y hace referencia a la necesidad de que en todos los grupos de la iglesia y en la Iglesia en general caminemos teniendo en cuenta la experiencia de fe de todos, los problemas y las inquietudes de todos. Todos somos iglesia y todos tenemos que tomar parte en los procesos de reflexión, en las tomas de decisión de la iglesia y su realización.

 

Sinodalidad se opone al clericalismo que descarga en las espaldas del sacerdote la responsabilidad de la evangelización y de la parroquia; se opone a una manera de llevar la comunidad cristiana, por parte del sacerdote, que podríamos calificar, por decirlo llanamente, “de ordeno y mando”.

 

En la comunidad cristiana el único que tiene primacía es Jesucristo, que se nos entrega en la eucaristía y en la escucha atenta de su Palabra, a través de la tradición y la sucesión apostólica. Todos, cada uno desde nuestro ministerio y vocación, desde nuestras circunstancias y experiencias de vida podemos ir sacando a la luz la riqueza de la experiencia de fe que nos une.

lunes, 4 de octubre de 2021

Te dejará helado el corazón

 

Evangelio del Domingo

Te helará el corazón (Marcos 10, 17-30)

 

El deseo de riquezas y de consumir lo que el imperio de la publicidad nos dicta acaba por dejar helado nuestro corazón. Comienza, como toda seducción, mostrándonos las oportunidades y posibilidades que tiene: móviles de última gama, viajes a tierras lejanas, el prestigio de ropa y un estilo de vida lujoso…

También es verdad que en un principio la juventud y la vida tienen más peso que todo, pero el ídolo del dinero y del consumo esperan su momento. Y cuando llega, por dinero se renuncia a los hermanos, se abandona a los padres, se pierde a los verdaderos amigos, se deja de engendrar a los hijos que sigan dando sentido a la vida.

Si te queda el dinero, te quedas solo, con tu perro, un coche, con el que no sabes a casa de quién ir, y una casa que sientes como una cárcel. Si los vicios o la mala suerte te hicieron perderlo, no te quedan ni eso. Cuando sustituyes el amor entregado y compartido, generoso y altruista por la avaricia encubierta del egoísmo, no tardarás en sentirte y saberte profundamente solo.

 No te engañes; tú, y yo, y todos seremos tentados por convertir del dinero el ídolo a quien sacrificar la vida.

lunes, 27 de septiembre de 2021

No es un mero acuerdo

 

Evangelio del Domingo

No es un mero acuerdo (Marcos 10,2-12)

Comunión y procreación son los dos grandes dones que Dios quiso dar a la unión de amor entre un hombre y una mujer, al matrimonio.

Comunión íntima, en pie de igualdad, mutuamente sometida y entregada; en la que la mujer hace hombre a su marido, y el hombre hace mujer a su esposa. Una comunión de amor, que por que ser don de Dios, tiene siempre vocación de eternidad. Ni acuerdo de intereses, ni derecho a reivindicar: el matrimonio es un don.

Procreación, que no mera reproducción, porque el hombre y la mujer al concebir un hijo se abren al misterio de la Creación del mismo Dios. Un misterio que los desborda, y que los compromete de por vida a una entrega de servicio gratuito y sacrificado en la que encuentran un sentido antes inimaginable.

Que el matrimonio sea un contrato entre iguales, es sólo una pequeñísima parte del misterio de amor que refleja el amor mismo de Dios. La paternidad y la maternidad son continua sorpresa que se acoge en la entrega a quien, en cuanto puede, se va de nuestras manos para vivir, él mismo, el don que Dios le da.

¡Qué hermoso y difícil es el camino de este don!

martes, 21 de septiembre de 2021

El vicio de condescender.

 

Evangelio del Domingo

El vicio de condescender (Marcos 9,38-48)

La condescendencia puede ser también un vicio, porque impide el crecimiento y el desarrollo pleno de las personas y las comunidades.

Con los niños lo tenemos más claro; criar a un niño con excesivos caprichos puede perjudicarlo mucho; un niño mimado siempre es infeliz, siempre está insatisfecho, ningún reto que exija esfuerzo quiere afrontar; y, así, permanece siempre en la dependencia y en la inmadurez. Pero algunas veces somos condescendientes con quienes queremos, o queremos que los demás sean condescendientes con nosotros mismos.

Necesitamos que nos acojan con cariño, que nos quieran incondicionalmente, pero también necesitamos que nos digan que no somos perfectos, en qué tenemos que avanzar y crecer. “El que no avanza, retrocede” que dice el refrán castellano. Jesús, por su parte, nunca fue condescendiente con sus discípulos. Acogió a todos, a todos quiso con amor entrañable; pero de todos esperaba que amaran y se entregaran con todo el corazón. “Si tu mano te hace caer córtatela”.

El egoísmo, la avaricia, la pereza, la idolatría del dinero: córtatela y tírala, que solo Dios sea tu Señor.

lunes, 13 de septiembre de 2021

Crisis de ciudadanía

 

Evangelio del Domingo

Crisis de ciudadanía (Marcos 9,30-37)

Vivimos una profunda crisis de ciudadanía. Una sociedad democrática necesita una estructura institucional adecuada, pero la más perfecta de las Constituciones sin una ciudadanía informada y consciente, sin unos líderes honrados y capaces, acabará en la autodestrucción. Ni nosotros, por lo común, somos esos ciudadanos, ni a nuestros líderes les adornan esas virtudes. No estamos bien, pero podemos ir a peor; la polarización política y el poder de los partidos ha de encontrar enfrente la sensatez y el sentido de realidad de muchos.

Por ello necesitamos cristianos que asuman la tarea de ocuparse por los asuntos de todos: resolver los problemas de la falta de trabajo, las carencias de la sanidad y la educación, el cuidado del medio ambiente. Cristianos que busquen, no ser servidos, sino servir; personas que lleguen a un puesto de responsabilidad con experiencia de vida, conscientes de que han de estar atentos a lo que necesita su pueblo y a las oportunidades que se pueden ir abriendo.

De un millón de quejas y críticas desesperanzadas nada sale. Cada uno hemos de encontrar la tarea y el servicio al que Dios nos llama.

lunes, 6 de septiembre de 2021

Mirada de conjunto

 

Evangelio del Domingo

Mirada de conjunto (Marcos 8,27-35)

Se suele olvidar el viejo de que fue joven y el joven de que un día llegará a viejo; es ley de vida. Pero cuando los niños, los jóvenes, y los mayores compartíamos una misma casa –grande, con patio, lleno de macetas verdes y floridas-, la vida de cada día nos lo recordaba. Hoy nuestro mundo se reduce a  la pantalla del móvil o de la tablet que tengamos.

Así condenamos a los viejos a morir solos en residencias (de las que seguimos sin tener ni siquiera una ley estatal), y a los jóvenes a ser eternos adolescentes por la falta de un trabajo decente con el que realizar su propia vida.

Jesús sabía y era consciente ya en Galilea –donde los milagros y su palabra esperanzadora levantaba la admiración del pueblo-, de que su vida iba a pasar por el Huerto de los Olivos y por el Gólgota. Toda su vida la puso en manos del Padre. En Él, nosotros, en los momentos de plenitud, acogemos a los más débiles; en Él, en los de debilidad, nos sabemos acogidos por su presencia. Haz, Señor que, mirando a nuestros hermanos, reconozcamos quiénes somos y cuál es la llamada que nos haces.

domingo, 18 de julio de 2021

Petición a Santiago

 

Evangelio del Domingo 25 de julio de 2021

Petición a Santiago (Mateo 20,20-28)

Acabamos este curso de comentarios al evangelio del domingo precisamente el día de Santiago, patrón de nuestro país, España. Y me vais a permitir hacerle un ruego a este apóstol valiente y de fe profunda y sincera.

Ante el interrogatorio intimidante del Sanedrín judío, bajo amenazas de quienes solo querían perpetuarse en el poder dijo Santiago: “Hay que obedecer a Dios ante que a los hombres”, y les dio nuevamente testimonio de la resurrección de Jesús, y de que es el sentido verdadero de la vida de cada persona. Santiago profesó el seguimiento de Jesús con tal fidelidad que se hizo colaborador del acontecimiento más grande de toda la historia.

Y a Santiago le pediría que en esta España nuestra haya profesionales que con fidelidad se entreguen en su profesión verdaderamente al bien común, y ciudadanos que busquen aportar lo mejor de sí a la sociedad.

La necesidad de médicos, enfermeros y personal sanitario verdaderamente profesional se ha puesto claramente de manifiesto en esta epidemia que todavía sufrimos. Pero hacen falta profesores, arquitectos, científicos, empresarios y emprendedores que hagan de su trabajo una verdadera profesión, una entrega fiel al bien común. También necesitamos ciudadanos maduros y responsables que no se dejen llevar mas por eslóganes simplistas y redondos, o por una polarización visceral que quiere resucitar fantasmas del pasado; ciudadanos que se sientan responsables del destino de nuestra tierra; que no se pregunten qué puede hacer mi país por mí, sino qué puedo yo aportar para construir España.

A esta tarea cívica, la fe en Jesucristo, como mostró el apóstol Santiago, tiene mucho, mucho que aportar. Feliz verano.