martes, 14 de enero de 2025

Alentando alegría

Día 19 de enero 

Alentando la alegría (Juan 2,1-11)



El evangelio de san Juan siempre sorprende. Como saben, es el último de los cuatro que vio la luz; y, por eso, sigue un esquema distinto, complementando y profundizando su presentación de la persona de Jesús. En el evangelio de Juan todo ocurre cotidianamente, sencillamente, pero mostrando una luz que llega hasta el último rincón de nuestra historia. Así ocurre con la primera manifestación del Señor, que no la acompaña con una estrella o unos magos de oriente, tampoco la avala con una voz del cielo. La primera manifestación del Señor se produce en la boda de una aldea, en Caná, y solo la ven su madre y los criados que servían. ¡Qué humildad la de nuestro Dios!

Jesús se manifiesta como el esposo de la humanidad. Y lo mismo que el esposo llena de ternura y de alegría a su mujer, él viene a consolarnos, a salvarnos, a llenarnos con su ternura y su alegría. El ungido con el óleo de la alegría viene a traer alegría y gozo a toda la humanidad. Ningún cristiano tiene derecho a tener cara de pocos amigos y el espíritu avinagrado cuando el Señor se manifiesta alentando la alegría y la fiesta. Qué hermosas son las personas que en todo momento se muestran como bálsamo en las situaciones difíciles, y tienen una palabra alegre a los que las rodean. Qué necesarias son personas que olvidándose de sus pequeños o grandes problemas alientan la alegría a su alrededor. Bienaventurados los que animan a sus hermanos, tienen como su maestro al Señor.


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