Evangelio del Domingo de Ramos 2021
Todos hemos sido (Marcos 14,1- 15,47)
La Pasión de Jesucristo
fue una tragedia en lo humano para aquel hombre y para los suyos; y, a la vez, la
misión divina de la salvación de la humanidad por amor y en el amor. Como siempre
en la fe cristiana, lo radicalmente humano encuentra eco en el corazón de Dios.
La humanidad se vio, también, retratada en las personas que intervinieron en
ella; tú y yo mismo, también.
Todos hemos sido “Pilatos”,
lavándonos las manos y consintiendo con la injusticia contra el más débil, por
conveniencias, por cobardía. Y también guardias crueles que desahogan sus
frustraciones maltratando a quien está solo y no va a poder defenderse. Hemos
sido hasta vulgares sayones que, amparados por la crueldad del poderoso, hemos
escupido, empujado, desnudado, hemos burlado a quien no tenía defensa. Todos
hemos aclamado el domingo con palmas al que parecía triunfante; y al viernes
siguiente hemos renegado de él gritando: “Crucifícalo, crucifícalo”.
Todos hemos sido “Pedro”
en su negación, “Judas” en su traición, y “Marcos” en su huida. Estuvimos a las
maduras, y parecíamos buenos amigos; pero en las duras, no pudimos soportar la
presión y nos alejamos vergonzosamente de quien nos necesitaba.
Todos hemos sido,
también a veces, “Simón de Cirene” y “Verónica”, y hemos procurado aliviar, en
lo que podíamos, con ternura, al Cristo Vivo que se cruzó en nuestro camino.
También, algunas veces, hemos sido “Juan” o “María” que, permaneciendo a los
pies de la cruz, compartimos el sufrimiento de quien amábamos.
No dejes pasar este
tiempo sin mirarte a la cara, en lo concreto de tu vida, desde la misericordia
de quien se entregó por ti, por mi, por todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario