lunes, 16 de diciembre de 2024

Tiempo de los pequeños

Domingo 22 de diciembre 

Tiempo de lo pequeño (Lucas 1,39-45)


La Navidad es el tiempo de los pequeños. Son los niños los que más la disfrutan, con más inocencia, con más intensidad. En Navidad Dios se hace niño y se deja encontrar en lo que parece poco importante: en una joven embarazada, en un padre primerizo, en unos pastores pobres, en unos sabios locos que se hacen peregrinos, entre tanta mentira, de la luz de la verdad.

Por eso, la Navidad no es la fiesta de las grandes cenas, ni de los grandes regalos. La Navidad es el tiempo de la familia, donde cada uno, sin títulos ni méritos, es acogido en su debilidad. Navidad es el tiempo de quien por amor se hace pequeño; Dios siendo Dios no retuvo esa sublime dignidad, sino que se hizo niño y pasó por uno de tantos. El amor nos devuelve a la niñez. Por amor cantamos y hacemos versos; por amor entregamos todo nuestro tiempo, todo lo que tenemos; por amor se despojan de todo los amantes, quedando vulnerable uno ante el otro.

En Navidad se nos revela un Dios que tiene tiempo para los pequeños, para jugar con los niños, para hacer compañía a los ancianos, para ir a casa de las familias migrantes, para conmover hasta el que no cree mucho en Él. Navidad es el tiempo de los que tienen la fe débil y el espíritu pequeño. Absténganse doctores y licenciados, ingenieros y potentados, magnates y todo tipo de personas importantes e influyentes. Dios se complace en los pequeños, en los que por amor se hacen pequeños y lo acogen con humildad.


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